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Viajando en ADO


No hay elección, de Veracruz a México solo es en ADO y la diferencia de precios es estratosferica entre el Platino y el de primera clase, afortunadamente en taquilla no hay fila, algo muy pero muy extraño en esta terminal; lo segundo extraño es que la chica que vende boletos me ha tratado de forma respetuosa y paciente, hasta siento que no estoy en Veracruz. Adquiero como siempre el boleto preferencial de damas.

La realidad vuelve al entrar a la sala de espera, el mismo policía mal encarado que te trata como delincuente, sin aire acondicionado ni wifi; lo mas triste es que intente documentar mi pesada maleta y los chicos del stand correspondiente no la quisieron recibir, prefirieron seguir jugando entre ellos y solo dijeron de mal modo que el equipaje se documentaba hasta que fuera al autobús.

Al llegar al autobús, lo veo curioso, se ve muy deportivo con sus ojos grises y su color gris oxford, huele a nuevo y dice Irizar i8, que buena suerte que me ha tocado uno nuevecito.

La unidad salio con diez minutos de retraso pero no lo note por ir admirando el interior del autobús, que es en esencia igual a cualquier otro ADO pero con olor a nuevo. No me fije mucho en el detalle, un dolor de cabeza me impide concentrarme y mejor me duermo, no presto atención a ninguna de sus tres pantallas ni a su único sanitario.


Un poco antes de arrancar abordo una muchacha con un bebe en brazos, el operador le dijo, siéntate en esos asientos de allá porque los de adelante ya los traigo ocupados, la chica efectivamente ocupo los dos lugares con el niño y un minuto después apareció otra pareja que ocupo los asientos 3 y 4.

Tan pronto salimos de la terminal la chica abandono al niño y se fue adelante a platicar con el conductor, no le intereso el llanto constante ni cuando en una curva el niño se cayo del asiento aumentando el volumen del llanto; en este punto mi dolor de cabeza se amplifico y me acerque a decirle a la señora que su hijo se había lastimado, no le intereso mucho, lo medio vio y volvió a la parte frontal del autobús.

Todo el camino fue ahí adelante, el operador con sus cumbias a todo volumen y ella como la dueña del lugar. Entre las cosas que se escucharon están "Que bien ya viaje gratis" y de parte del operador "Tu júntate conmigo, así es siempre y veras". En ese tono fue todo el camino, entre llantos, risas y música no pude descansar y me lamente que no haya mejores opciones en esta ruta.

Por cierto el servicio de compañera de viaje cuesta 20 pesos mas pero te garantizan que solo una mujer se sentara a tu lado, si no es así, el lugar se va vació; y el operador debe de estar al pendiente de que no se siente ahí un hombre, eso es como lo promocionan pero en la realidad el conductor de este viaje estaba muy ocupado para prestar atención a esas cosas.

El boleto dice transferencia porque estaba esperando un paquete, como se retrasaron lo tuve que cambiar, esto no me genero cargos extras ni molestia de nadie en la taquilla.
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